lunes, 18 de febrero de 2008

Carta Latinoamericana

México Distrito Federal
16 de Febrero de 2008
Estimados Compañeros y Publico Latinoamericano,

He seguido desde hace ya tiempo la evolución del gobierno “socialista” de Hugo Chávez en Venezuela y su impacto en América Latina, no solo por el interés que tengo en este bello país pero por la preocupación que me genera la creciente influencia de esta corriente socialista mal guiada, populista que se esparce por América Latina y no hace mas que disfrazar un movimiento que hace retroceder el lento y costoso avance de la democracia efectiva en nuestros países.

Aunque creo que no es posible ya que se de paso a una dictadura o a un gobernante eterno en ningún país de América latina a excepción claro de Cuba y su peculiar historia, si es posible todavía que se generen posiciones que manipulando y aprovechándose de la ignorancia y la desesperada situación de la gente, buscan acaparar el poder, atentan contra las libertades fundamentales de los ciudadanos, posiciones que entorpezcan el desarrollo de un país y que lleven a un país a adoptar ideologías y acciones radicalizadas.

En los últimos años hemos visto crecer estas corrientes que son alimentados por la desesperación y la necesidad de la gente de encontrar una solución a la situación de pobreza, inseguridad, desigualdad y falta de oportunidades en la que los han dejado décadas de gobiernos corruptos, intereses particulares y gobiernos lejanos y ajenos a la gente.
Debido a la urgencia de la gente para resolver estos problemas y a la falta de liderazgo de los actores que estarían en posibilidad de generar un cambio en las políticas de estado, surgen personajes como Hugo Chávez, Andrés Manuel López Obrador o Evo Morales que contestan al llamado de la gente, que muestran voluntad política y aprovechan las circunstancias y aparecen como una solución a un costo altísimo

Quiero puntualizar que yo no estoy diciendo que estos sean necesariamente malos para un país, hay que reconocer que en muchos casos estos gobiernos tienen políticas o visiones legítimas, enfocadas a sectores de la población que en otros gobiernos no se han tenido.

No estoy hablando de derrocar a nadie, en el mundo que vivimos hoy en día no existen mas los revolucionarios armados, los tiempos de lucha han terminado para dar paso a tiempos de conciliación, mediación y cooperación. Desgraciadamente en la política, muchas veces la voz y voto la tienen grupos minoritarios en el poder, en las cámaras y en los partidos.
De lo que hablo es de alinear los intereses de las mayorías para ejercer presión en la sociedad, en el gobierno para que sean tomadas en cuenta y escuchadas.
Creo que lo logrado en Venezuela recientemente es una muestra de esto, de como un movimiento popular puede despertar a un país completo para reflexionar y tomar desiciones respecto a su bienestar y el futuro del país. Esto es un vistazo al impacto que pueden tener las mayorías en un gobierno que por improbable que parecía, ha cedido y aceptado un duro golpe en sus aspiraciones de poder y plan de gobierno.

La propuesta que pongo hoy a discusión es eso exactamente, un movimiento no solo venezolano, sino latinoamericano que como principal objetivo tiene hacer conciencia en la gente no solo en la capacidad sino en la obligación que tienen todos los ciudadanos en ser parte de la vida política de su país. Constantemente vemos en un país acciones tomadas por una minoría (partidos, gobiernos, etc.) en contra de lo que la mayoría (ciudadanos) cree beneficioso para su país.

Si tenemos una organización para la cooperación entre los pueblos de América Latina, podemos empezar a despertar el interés de la gente para participar en la vida política de su país y dar una herramienta a las personas como nosotros que sienten la necesidad de generar un cambio para el bienestar de los pueblos. Con el apoyo de las mayorías entonces podemos generar la presión que se necesita para influir en la toma de decisiones de un país y lograr nuestras opiniones sean tomadas en cuenta en gobiernos, congresos y parlamentos.
No estoy hablando de un movimiento en las calles o una movilización, estoy hablando de un movimiento organizado e institucionalizado, un espacio de dialogo, de discusión y debate con autonomía y capacidad de dialogo y cooperación política con los distintos ordenes de gobierno, una organización que anteponga a todo la cooperación internacional y el dialogo pero necesariamente unificando ideologías y resultando en un esfuerzo para el progreso a todos los pueblos latinoamericanos.

Con esto propongo un espacio de trabajo político independiente con enfoque local que ya existe en cada país de América latina, pero es necesario buscar unificar los esfuerzos de estos y buscar cooperación y discusión entre ellos para crear así un organismo con mayor cobertura y peso político y social para buscar los resultados que queremos.

Para concluir, honestamente tengo que decir que la política nunca ha formado parte de mis metas personales o profesionales pero también creo que cualquier persona con la capacidad y posibilidad de generar un impacto positivo en la comunidad o sociedad en donde vive tiene también la obligación de aprovechar esta posición, si no fuera así ¿que seria del mundo en donde vivimos?


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